“Me levanto a las 4 de la mañana todos los días a orar, y pedirle a Dios que nos ayude a salir adelante en un nuevo amanecer”
Así comienza el día desde muy temprano y antes de iniciar las labores del campo Don Jacinto, un agricultor oriundo de Llano Grande en el municipio de San Pedro Sacatepéquez, San Marcos.
Debido a la crisis que se vive por el Covid-19, los agricultores están sufriendo al ver amenazo su trabajo, ya que han tenido pérdidas en sus cosechas
“Muchas veces lo vendemos por encargo, pero últimamente tenemos que ver quién o de qué manera nos lo puedan comprar, pero no es tan fácil porque está lejos y a la gente se le dificulta venir hasta aquí y cuando logran venir compran algunos pocos”.
La edad es otra dificultad que ha tenido que afrentar Don Jacinto, ya que también le es prohibido estar en lugares donde hay aglomeración de personas y se complica aún más el poder vender su cosecha.
