Precediendo al encuentro futbolístico entre la selección salvadoreña y el Inter Miami, que cuenta con la estrella Lionel Messi, un entusiasta grupo de seguidores guatemaltecos se dispuso a superar un viaje de más de diez horas para no perderse el evento.
La anticipación es palpable. Puntual a las doce del mediodía, las puertas del estadio Cuscatlán se abrieron, dando paso a la afición para ocupar sus asientos en anticipación al juego. Destacaban fácilmente entre la multitud por su dedicación al esperar pacientemente el momento de entrada. Especialmente en la zona general, se notó la presencia de guatemaltecos equipados con bancos, ansiosos por asegurar un lugar privilegiado para presenciar uno de los encuentros más destacados de la temporada.
Los fervientes seguidores partieron desde Verapaz, en Guatemala, y se aseguraron de obtener sus entradas en diciembre, evitando contratiempos y disfrutando la experiencia con tranquilidad en el país vecino.
“El viaje duro diez horas. Adquirimos los boletos hace un mes, y la expectativa es máxima”, expresó Julio Paredes, integrante del grupo formado por amigos y parientes que hicieron una escala en Santa Ana la noche anterior al encuentro.
Uno de los entusiastas compartió su orgullo local mostrando el emblema de su equipo favorito: “Le invito a tomar una fotografía del emblema del Deportivo Carchá, mi equipo del alma”, propuso emocionado.
Un sentimiento común une a este grupo: la ansiedad por disfrutar del desempeño de Messi en el campo y la esperanza de un partido lleno de goles. Está claro que su máximo anhelo es ver al ícono del fútbol brillar en el estadio Cuscatlán.