El piloto de un bus de los transportes Santa Elena vivió para contarla luego de que una carga de láminas se desprendiera de un camión y se incrustara a centímetros de su rostro. Pasajeros, en su mayoría docentes, sufrieron crisis nerviosa.
ESQUIPULAS PALO GORDO, SAN MARCOS – Un verdadero milagro se vivió la tarde de este martes en la sinuosa carretera que conduce de la zona cálida hacia San Rafael Pie de la Cuesta. El piloto de un bus extraurbano sobrevivió de manera increíble después de que una pesada carga de láminas se desprendiera de un camión y atravesara por completo el parabrisas de su unidad, justo en el lado del conductor.
El incidente ocurrió en la jurisdicción de la aldea Fraternidad, antes de llegar al Refugio del Quetzal. A pesar de la impactante escena, que dejó la lámina incrustada en la cabina, no se reportaron heridos de gravedad. El piloto resultó ileso y los pasajeros únicamente sufrieron crisis nerviosa.
“Si no Mueve la Cabeza, se la Parte”: El Relato de los Pasajeros
El bus de los transportes Santa Elena, con placa C-771BGG, transportaba a varios pasajeros, en su mayoría docentes que regresaban de sus labores. Una de las maestras, Marina Ochoa, narró los momentos de terror.
“Veníamos de nuestro trabajo cuando un tráiler muy imprudente, que no traía amarrada su teja (lámina), retrocedió. Sentimos un golpe tremendo”, explicó. Sobre el piloto, añadió: “Vi que él, cuando vio que se le vino encima, únicamente movió la cabeza y siguió maniobrando el timón. Yo creo que, si él no mueve la cabeza, pues tal vez se hubiera partido la cabeza o parte del cuello con el filo de esa lámina”.
“Sentimos un Golpe Tremendo”: Pánico y Angustia a Bordo
La tranquilidad del viaje de regreso a casa se rompió en un segundo. Marina Ochoa, una maestra que viajaba en la unidad, relató el caos. “Veníamos de nuestro trabajo cuando un tráiler muy imprudente, que no traía amarrada su teja (lámina), retrocedió. Sentimos un golpe tremendo”, explicó.
Otra pasajera, Elodia López, visiblemente afectada y con lágrimas en los ojos, describió su angustia. “Estaba echando la culpa, porque por mí te llevas a padecer mi esposo… me espanté”, confesaba, reflejando el shock y los pensamientos que cruzaron su mente en ese momento. Para ella, la supervivencia del conductor fue un acto divino: “Gracias a Dios que Dios nos guarda y nos cuida. Si la lámina hubiera pasado de largo, sin cabeza estuviera (el piloto)”.
La Causa: Carga Mal Asegurada
Según testigos y el propio piloto, el accidente se originó cuando un camión que transportaba las láminas frenó o maniobró bruscamente en una de las curvas, provocando que la carga, mal asegurada, se deslizara hacia atrás.
Las largas láminas actuaron como una lanza, perforando el vidrio frontal del autobús y deteniéndose a escasos centímetros del asiento del conductor. El piloto, identificado como Alexander Rivadeneira, aún conmocionado, calificó el suceso como obra divina. “Fue un milagro de Dios, estoy para contarlo”, expresó brevemente en el lugar.
El percance provocó el cierre temporal de la carretera en ambos sentidos, generando largas colas de vehículos mientras los involucrados y otros transportistas trabajaban para retirar la peligrosa carga de la unidad de transporte.